lunes, 21 de febrero de 2005

Hunter S. Thompson (18 Julio 1937 - 20 Febrero 2005)

Conozco el principio. No el final. Cualquiera sabe cuándo será, cómo será, con quién será. Pero puede estar en mis manos. Puedo elegirlo. Cuando me apetece. Porque ya nada me interesa. Incluso porque todo me interesa. Incluida la muerte.

Y la contracultura, la desvergüenza, la provocación, la vida a tumba abierta, los fastuosos (buenos y malos) sesentas van dejando escapar sus plumas, sus voces, sus guitarras. Sexo, drogas, páginas en blanco, rock, jazz, el tiempo lo termina todo.

Un tiro en la cabeza y se acabó. No sé. Parece. No he indagado muy a fondo. Hunter S. Thompson deja esa vida que vivió a lo bestia. Miedo y Asco. Los diarios del Ron. Sudamérica. La américa subterránea del 68. Rolling Stone como biblia pagana. LSD como luz a seguir, como mundo paralelo. Periodismo gonzo (sin entenderlo, pero qué bien sonaba).

No descarto que lo mío sean simples tópicos. Nunca viví esas épocas. Las reviví años después, con la nostalgia del que quiere caminar cerca del precipicio, pero mirando desde la tranquilidad de la cama y una pequeña lámpara. Pero han alimentado muchos sueños. Aunque puntualmente fueran pesadillas.

Eso sí, a veces pienso que este río lleva demasiados cadáveres. Pero es que toda una época va soltando ya su lastre.

Glup, que no se hunda la barcaza, dios santo!



Suena la corriente: "Horses" - Patti Smith