lunes, 13 de septiembre de 2004

Sabores (agridulces) vividos

Me acurruco en la cama, y deseo que lleguen ya los días en los que el fresco te reconcilia con una buena manta. Y pienso en los recuperados besos de Ella, preguntándome cómo es posible pasar tantos días sin su sabor. Y pienso en que mañana escribiré algo sobre el Azkena Rock recién vivido, acaso comparándolo con el del año pasado.

Y me duermo con unas guitarras dando vueltas por la cabeza, con el dulce placer que un tipo me ha hecho sentir, con la idea de que Matthew Sweet, él solito, ha merecido todo un fin de semana, que ha sido uno de esos conciertos que son capaces de estremecerme. Y sigo pensando que mañana debo escribir algo sobre ello. Y ya en sueños, se cuelan canciones de Josh Rouse, de Lanegan, de Fun Lovin’ Criminals, de Jonny Kaplan, de Silos (cómo poder olvidar "The Only Love), de Screamin’ Cheetah Wheelies y de Violent Femmes. Y se cuelan las gigantescas imágenes de unos cantantes que se echan de menos, demasiado de menos, en viejas glorias como MC5 y los Groovies. No, ya no pueden ser los mismos.

Y ya avanzada la noche aparecen por esos pasillos oníricos gente, mucha gente a la que he vuelto a ver, con la que he recuperado tiempos perdidos. Gente a la que he conocido, y a la que todavía debo tiempo, mucho más tiempo del otorgado, para disfrutar del Cielo Vacío.

Y casi al despertar, aún en esa duermevela deliciosa, en la cabeza, venga, escribe sobre lo bueno y lo malo, como el año pasado, un comentario para cada uno, reparte tu justicia, juega a crítico.

No, este año no. Ya está vivido. Ya está contado.



Suena la corriente: "In reverse" - Matthew Sweet